Esta receta que les traigo es para una torta liviana de corazón húmedo, hecha con otra de las verduras que me encantan, por su sabor y su adaptabilidad a recetas saladas y dulces, la calabaza. Esta torta pueden comerla en la hora del té, pero también servirla como postre acompañada por una cucharada de crema ¡queda perfecto! Yo la hice con harina integral pero pueden hacerla con harina blanca. Le pueden poner nueces o almendras si les gusta, o hacerla tal cual les propongo hoy. El aporte de la avena y el yogurt, en lugar de componentes grasos, la convierten en una alternativa de torta más liviana y nutritiva, buenísima para que coman los chicos. ¿La preparamos?
Ingredientes
- Harina integral o común 200g
- Avena superfina o salvado de avena 50g
- Azúcar 100g ( o equivalente de endulzante dietético)
- Canela en polvo (opcional) 1 cucharadita
- Calabaza chica 1
- Polvo de hornear 1 cucharadita
- Bicarbonato 1 pizca
- Huevos 1
- Yogurt natural 1
- Azúcar impalpable Para espolvorear
Procedimiento
Paso 1
Pelar la calabaza, cortarla en rodajas y hornearla de ambos lados durante aproximadamente 30
minutos. Sacar del horno y dejar enfriar. También pueden hervirla, pero de esa forma queda con
mucho líquido y no es conveniente.
Paso 2
En un bol mezclar los ingredientes secos: harina, avena, polvo de hornear y bicarbonato.
Paso 3
En otro recipiente procesar o pisar la calabaza, mezclar con el huevo, el pote de yogurt y el azúcar.
Batir por unos minutos hasta integrar bien.
Paso 4
Mezclar los ingredientes secos sobre los húmedos en tres partes integrando cada vez.
Paso 5
Enmantecar y enharinar un molde de torta o budín. Llevar a horno medio por 60/65 minutos. Dejar
reposar adentro del horno apagado y desmoldar cuando está tibia.
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