En casa somos muy fanáticos del huevo en, prácticamente, todas sus formas, pero una de la que más gusta es la opción de huevos revueltos. Nuestro desayuno de fin de semana suele llevar este ingrediente, ideal para arrancar el día con mucha energía y además con la panza llena! porque los huevos producen saciedad. Hace años que los preparamos en el microondas, ensuciamos poco, se hacen súper rápido y, lo más importante, quedan riquísimos, cremosos y livianos. Tengan en cuenta que la receta está basada en mi microondas, que los tiempos pueden variar, y también depende el gusto de ustedes en cuanto al punto de cocción del huevo.
Como les prometí en el Instagram, les paso la receta, que más que receta es un tip. Ojalá les guste!
Esto no puede llamarse receta, tal vez entra más en la categoría de tip, y tampoco es una novedad, pero seguramente haya muchos que desconocen lo ricas que pueden ser las semillas de calabaza, anco o zapallo, si las tostamos un poco.
En casa la mayor parte de las veces que comemos calabaza separo las semillas, aún a pesar de la fiaca que me puede generar todo el procedimiento, me motiva saber que después voy a disfrutar del rico sabor que tienen estas semillitas con unos minutos de horno. Y aunque las pongo en un frasquito con intención de guardarlas, nunca duran más de un rato!
Pero estas pepitas no solamente son ricas sino que, como sus colegas (girasol, lino, sésamo, etc) son súper nutritivas, gracias a que aportan omega 3 y omega 6, ácidos grasos beneficiosos para bajar el colesterol malo y mejorar la circulación; también aportan vitamina E, un gran antixoidante natural; y vitamina A, para tener la piel radiante; entre otros beneficios.
Se pueden aprovechar como snack, para picar cuando nos agarra un ataque de hambre, o agregar a algún plato o ensalada. Van los sencillísimos pasos para preparar estas pequeñas delicias!
1- Sacar las semillas con una cuchara y lavarlas para sacarle los restos de pulpa de calabaza y para que no estén pegajosas.
2- Ponerlas sobre un colador y dejar escurrir unos minutos.
3- Esparcirlas sobre una placa de horno. Puede tener un mínimo de aceite esparcido con un papelito de cocina, o directamente nada, yo generalmente no le pongo nada.
4- Poner en horno suave y cocinar por 15 minutos aprox. Recomiendo cada tanto ir a verlas y removerlas un poco para que no se peguen entre ellas. (Si tiene muchíiisma fiaca de prender el horno las pueden tostar en una sartén a fuego muy suave por 5/7 minutos, removiendo para que no se quemen)
5- Dejar enfriar y agregarle un poco de sal entrefina saborizada (por ejemplo machacada en el mortero con alguna hierba fresca), sal marina, o la que tengan, y a comer!
También se les puede poner un poco de curry o azafrán antes de hornearlas, en ese caso se le pone un poco más de aceite a la placa para evitar que se queme el condimento. Otra opción es, una vez cocidas, mezclaras con un poco de queso rallado. Se pueden usar de varias formas, y en todas quedan ricas!
Una opción interesante para no usar tanta manteca en las recetas es usar ghee o manteca clarificada (o purificada) que es básicamente una manteca común a la que se le saca el suero y los sólidos de la leche para que quede más liviana y saludable. Se puede usar como la manteca común, para saltear alimentos, para freír en estado líquido y para condimentar o darle sabor y textura a cualquier receta.
Ingredientes:
Un pan de manteca (recomiendo usar una buena cantidad porque reduce bastante)
1. En una ollita poner la manteca a fuego bien lento, dejar que se torne líquida.
2. Ir sacando con cuidado la espuma que se forma por encima lo más que se pueda.
3. Una vez que se derritió toda la manteca dejar enfriar cinco minutos para que el suero baje al piso de la cacerolita.
Pasar el líquido a un frasco, ayudándose con un filtro de papel o de tela para que no pase el suero, siempre despacito para que todo vaya quedando abajo.
El suero se descarta (hay gente que lo guarda para alguna receta). Dejar enfriar sin la tapa. Una vez frío van a notar que vuelve a tomar consistencia. Lo pueden reservar en la heladera y cuando lo quieran usar recomiendo sacarlo un ratito antes para que se ablande, o dejarlo a temperatura ambiente en una alacena.
Muchas veces encontramos recetas en libros o en Internet que nos indican la temperatura o la graduación correcta del horno, el tema es que el común de los mortales difícilmente tengamos una cocina que marque la temperatura, así que generalmente lo terminamos haciendo a ojo. La grosa de Narda en su libro Comer y Pasarla Bien comparte una tablita que ayuda mucho para orientarnos en materia de temperaturas, marcas de horno y producto a cocinar. Acá yo aprovecho el espacio para compartirlo con ustedes, ojalá que les sirva, a mí me resulta muy útil.
Hace varios años, por sugerencia de mi amiga Ceci, incorporé la sana costumbre de usar semillas en las ensaladas, desde ese momento en mi casa nunca faltan los clásicos frasquitos con semillas de lino, sésamo, girasol, y a veces chía y amapola, que al momento de usarlas las tuesto unos minutitos en una sartén sin materia grasa (algunas dietéticas las venden tostadas, pero el sabor no es el mismo, recomiendo tostarlas cuando se quiera usarlas). Las que avisan cuando están listas son las de sésamo, empiezan a saltar, así que recomiendo tapar la sartén para que no vuelen demasiado! Ahí mismo mover un poco el recipiente sobre el fuego, y listo. El sabor y los beneficios que aportan estas semillitas es fabuloso!
Yo las uso en ensaladas, arroces, en las pastas que llevan salsas de verduras (como brócoli, o verduras salteadas), en tartas, en las masas, en los panes, y en lo que pueda porque me encantan!
A propósito del post en el blog de deco de mi amiga Vero, en nuestra pequeña cocinita sobran los frascos de todos los tamaños con condimentos, semillas, pasas de uva, y otros variantes que decidimos rotular porque a medida que se van sumando es muy factible olvidarse qué pusimos alguna vez en ese frasco.
Y hablando de semillitas les cuento que ayer acompañamos unas chanchas alitas de pollo a la parrilla con una fresca ensalada de rúcula y tomate, a la que le agregué algunos detalles para sumarle sabor y deleitar el paladar. Huevo babe, (cocinar como el huevo duro, pero cortar la cocción unos minutos antes, más o menos son 5 minutos después del hervor), queda con textura un poco líquida, ideal para humectar la rúcula y el resto de los ingredientes de la ensalada, rico! Sésamo y girasol tostados. Pasas de uva (me encantan): El toque dulce. Pedacitos de roquefort: con las pasas de uva contrastan muy bien!
Otras opciones que podemos tener en casa:
Aceitunas
Alcaparras Tomates secos (yo los hidrato en agua caliente y después los pongo en un frasco cubiertos con aceite de oliva, ajo, y tomillo, romero, orégano o la hierba que más les guste, así siempre están listos para usar y quedan muy sabrosos!)
Nueces o almendras
Maní
Croutons (pedacitos de pan tostado con un toque de oliva)
Pedacitos de queso fresco o mar del plata
Etc.
La variedad de opciones para ponerle onda a una ensalada son muchas, se acabó la dinastía de la Ensalada Mixta aburrida! Ahora sólo es cuestión ir probando ingredientes para sumar y elegir los que más nos gustan.